El Tesoro: tradición y excelencia en el tequila artesanal más galardonado
Más que un tequila, El Tesoro es un verdadero homenaje a la autenticidad y a las profundas tradiciones. Este tequila, [...]
Puede o no gustarte, eso es una percepción personal. Pero también puedes reconocer un vino cuando está en mal estado con algunas pistas que dan sus aromas, colores, corchos y sabores.
Y no. No tienes que ser un experto catador para diferenciarlo, pero sí saber estos secretos.
La Comunidad MB presenta la Guía Simple de Vino y Maridaje; esta es una producción editorial en la que integramos a varios expertos que nos dan, cada año, sus mejores tips para disfrutar con todo el arte y placer de beber. Otra buena noticia es que está disponible en línea ¡y es gratis!
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La botella en sí misma no te dirá gran cosa. No te dejes llevar si la etiqueta está desgastada pues algunos vinos envejecen muy bien en ellas y en lugar de que estén malos serán mejores que cuando los compraste.
Lo que sí es importante es que no esté alterada de ninguna parte. Que no tenga grietas, rupturas o roto el sello que protege al corcho.
Si tiene alguna de ellas, seguro se trata de botellas cuyo contenido se vio alterado a causa de un inadecuado almacenamiento o transporte. Influyen de manera negativa factores como la luz, la humedad y la temperatura.
Échale un ojo al corcho: ¿tiene moho, está seco, perforado, se deshace o sobresale de la botella antes de abrirla? ¡¡RED FLAG!!
El color del vino es extraño, turbio, opaco o de tonos cafés. Es un indicativo de que estuvo en contacto con oxígeno y ya no sirve.
Percibirás una acidez exacerbada y eso quiere decir que ya se avinagró.
También puedes reconocer alguno de estos: corcho, huevo podrido, acetona, barniz de uñas, ajo, cebolla, fruta en descomposición, cartón mojado, azufre, pegamento, jabón, moho, establo.
Más que un tequila, El Tesoro es un verdadero homenaje a la autenticidad y a las profundas tradiciones. Este tequila, [...]
Cocinar con vino puede transformar completamente tus platos, aportando sabores y una profundidad que el agua o el caldo no pueden igualar.
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