Este restaurante abrió sus puertas en diciembre de 2018 y desde entonces se volvió una de las terrazas favoritas entre los habitantes de la CDMX y turistas. No solo ofrece una de las mejores vistas al Monumento a la Revolución y el Centro de la ciudad, sino que la propuesta culinaria es sumamente atractiva y cautivadora. Como todo en esta vida, los cambios no caen nada mal, y aquí renovarse no es nada ajeno. Constantemente se cambian algunos platillos debido a la temporada. Pero en esta ocasión se le dieron un refresh al menú con nuevas propuestas que vale la pena probar.

Por: Yair Zepeda

Al llegar al lugar, la vista es lo primero que sorprende, pues en verdad es imponente. Para quitar del calor de la ciudad, nada como un agua del día, que en esta ocasión fue de pepino con limón, sumamente refrescante. En cuanto a los nuevos platillos, para comenzar probamos la ensalada de betabel, la cual tenía un sabor muy interesante, ya que tenía toques cítricos que contrastaban con el sabor dulce del betabel y lo suave de la mantequilla.

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Probamos dos tipos de tacos, el primero fue un taco árabe con cordero, jocoque y hummus. Se podían apreciar las diferentes texturas, las cuales son muy agradables al paladar. Si agregas el limón y la salsa que los acompañan, resalta todos los sabores. Mientras que el taco de berenjena con foie gras, tiene sabores mucho más delicados, pero sin duda se volverá un favorito del menú.

El platillo que sin duda se llevó la tarde, fueron los palmitos con mole barroco. Es un mole madre, con un sabor un tanto dulce y picante. Cabe resaltar que es un platillo que no lleva proteína animal, pero a decir verdad no la extrañas, ya que los palmitos son un excelente complemento. Además viene acompañado con plátano macho relleno de queso de cabra, en verdad una explosión de sabores que simplemente te hace querer otro bocado más.

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Continuamos con el arroz a la poblana, se sirve con picaña, la cual se deja madurar durante algunos días, lo que hace que tenga un sabor un poco fuerte, pero embona muy bien con lo cremoso y suave del arroz, ya que es una especie de risotto. Ya para terminar, si es que aún tienes un espacio, el postre fue una tarta de queso brie con frutos rojos y helado de poleo. El sabor se sentía muy casero, lo ácido de la salsa frutos rojos combinaba bien con el sabor del queso.

Sin duda vale la pena probar los nuevos platillos del menú de este lugar. Arango es sinónimo de calidad y buen sabor, pues incluso forma parte de nuestra guía de Los 100 Mejores Restaurantes de la Ciudad de México. Ya sea que vayas en una cita romántica para observar el atardecer y el mural monumental a cargo de Carlos Segovia “Sego y Ovbal”, o en una tarde de tragos con amigos, te garantizamos que la pasarás excelente.

• Dónde: Av. de la República 157, Tabacalera
• Consumo promedio: $700 p/p