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Aprende a catar: estos son los tres aromas del vino

Desarrollar la habilidad de distinguir los aromas del vino pareciera un trabajo titánico que solo tienen los sommeliers, ¡pero no es así! Toda cata implica utilizar la nariz, y con ella descifrar algunas pistas sobre qué es lo que probaremos a continuación.

La Comunidad MB presenta la Guía Simple de Vino y Maridaje; esta es una producción editorial en la que integramos a varios expertos que nos dan, cada año, sus mejores tips para disfrutar con todo el arte y placer de beber. Otra buena noticia es que está disponible en línea ¡y es gratis!

Olvídate -por ahora- de las notas a madera o ese bouquet de frutos rojos de los que todo mundo habla al probar un vino tinto: vamos back to the basics. Para que seas capaz de distinguir todo lo anterior, es importante que sepas que los aromas que percibirás se dividen en tres niveles y cada uno tiene un encanto particular.

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Los aromas del vino, en fases

Introducir tu nariz a la copa es un acto por demás necesario; olvida la regla de tus padres que decía que la comida no se debe oler. En esta fase primero agita la copa para que entre oxígeno y los aromas se exprese mejor y reflexiona: ¿te recuerda a algo en particular? ¿es una fruta? ¿el alcohol está demasiado presente? ¿madera o especias?

Estas pistas son la clave para conocerlo mejor, pero vayamos más a fondo y acostumbrémonos a meter la nariz tres veces. Los aromas son partículas volátiles que se desprenden del líquido para llegar hasta tu nariz. La forma de lograrlo es moviendo

Los primarios

aromas del vino

Son lo primero que identificarás; tienen que ver con la variedad de uva y cada una tiene rasgos diferentes. Aquí entran el limón, los cítricos, las moras, las flores blancas y algunas hierbas aromáticas.

Estos también te hablarán un poquito del terruño en el que fueron sembradas y el clima. Pero eso dejémoslo para el momento de probar.

Aromas secundarios

En esta fase podrás descubrir cómo fue la fermentación del mosto. Aquí hay dos cosas: la primera es el alcohol. ¿lo sientes muy agresivo a la nariz? ¿qué tal si mueves un poco más la copa?

No te dejes engañar por la evaporación del alcohol, todavía hay mas: los sabores de frutas más complejas como piña y plátano. En esta segunda nariz también es posible que encuentres -principalmente en los blancos- aromas a pan ¡y está perfecto! pues el vino y el pan comparten un ingrediente común: las levaduras.

¿Te huele a fruta fermentada? A grandes rasgos es un defecto, aunque si percibes mucha dulzura agradable, también es posible.

¡Tercer round!

Gira una vez más tu copa y deja que le entre más oxígeno. Mete la nariz y seguro encuentras cosas bastante más complejas.

Cuando son vinos tintos con crianza aquí es donde se manifiesta bien el añejamiento y su paso por barrica. Los aromas terciarios del vino delatan la madera y el ahumado; a veces, y dependiendo del terruño, también el cuero, el tabaco y los frutos secos como las nueces.

Si te huele a chocolate o caramelo ¡también está perfecto!

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