Martha Ortiz es una de las chefs más reconocidas en nuestro país y si algo la caracteriza son las evocaciones de recuerdo y asombro que logra con su cocina, así como su meticuloso cuidado en todos los detalles de los restaurantes que abre. Filigrana no es la excepción.

Bajo el lema: “los hilos que nos unen a todos”, este nuevo restaurante en la Roma toma su nombre del arte orfebre que consiste en fabricar finísimos hilos  de oro, plata o bronce que, entrelazados, forman finísimas piezas de joyería que emulan un dibujo parecido a un encaje.

Para la chef, su propuesta gastronómica es de una “cocina mexicana democrática, de pueblo, que evoque recuerdos y platillos de nuestra infancia pero con las técnicas de alta cocina que asombre a los paladares, aunque parezcan platos muy sencillos como lo puedan ser una sopa de letras, una tlayuda o un pollo rostizado”.  Y lo logra.

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Platillos memorables, audaces y divertidos

En el desayuno, además de chilaquiles con lengua, (que son imperdibles), destaca su omelette de cremosos de huitlacoche con flor de calabaza, así como sus “jugos mañaneros” de combinaciones inauditas.

Para la comida y cena, su “sopa ilustrada”, una divertida “sopa de letras” con chile ancho y habas crocantes, es perfecta como entrada, al igual que su sopa ligera de frijol. De segundos, destaca su “Tlayuda Mariquita” que es la mexicanización de la famosa “pizza Margarita”, con una tlayuda con tomate verde, queso de hebra, epazote y aceite de pipicha. Sus gorditas de “bonita” también te harán chuparte los dedos.

Como plato fuerte es imperdible su pescado con pipián verde. Otra opción es un pescado zarandeado con supremas de cítricos. La joya de la corona es un pollo rostizado completo, jugoso como pocos, partido en mesa y acompañado de verduras en escabeche y un puré de papás tan cremoso y mantequilloso que te harán querer pedirlo. 

Para los postres recomendamos el raspado con dulces “Seltz y Burbusoda”, así como su agua nieve de albahaca y naranja o sus gaznates cargados de queso y pulque. 

Su carta está pensada para ser maridada con aguas frescas y su mixología, donde impera el chile, el sotol, mezcal o tequila, además de una bien seleccionada carta de vinos mexicanos. 

El ambiente de Filigrana

Maderas, techo de cobre y tonos verde vibrante, su decoración es cálida, luminosa y confortable, ideal tanto para una cena romántica o un pre-copeo con gran cena con amigos, una reunión de trabajo o una comida familiar. Dos árboles en el interior se integran de manera perfecta a la arquitectura dotando al espacio de vida propia. 

Los domingos Filigrana ofrecerá un menú especial con barbacoa, una colección sin precedente de huevos guisados, algunos atoles y extraordinarias aguas frescas, para que recordemos siempre la belleza y el poder de la gastronomía nacional. 

Ubicado en la calle de Veracruz 62. El cheque promedio estará entre 500 y 600 pesos. 

Por Amílcar Olivares

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