Una receta que debes tener entre tus consentidas, sí o sí, es la de la salsa marinara. Es muy fácil y queda prácticamente con todo.
Imagínate cuán versátil es que con tan solo ajustar la cantidad de agua que agregues puede ser una excelente base para las pizzas, armonizar tus pastas o hasta ser aquello con lo que bañas un buen corte de carne, milanesa o pescado.
Aunque su nombre quizás te suene a mariscos, en realidad los ingredientes aquí son terrestres (y muy accesibles, en realidad) y se llama así porque era de las recetas favoritas de los marinos mercantes en el siglo XIX.
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Salsa marinara, la consentida de la cocina italiana
Uno de los grandes secretos de esta preparación tiene que ver con el tiempo. Ten paciencia, cocina a fuego lento y los mejores sabores de las hierbas aromáticas y tomates saldrán a relucir en tu plato terminado. Si quieres algo aún más potente utiliza jugo de carne como fondo de cocción. Otra opción es agregar vino tinto y esperar a que reduzca hasta que quede en la textura que buscas.
INGREDIENTES
- 1 kilo de jitomates en lata San Marzano
- 1 taza de agua
- ¼ taza de aceite de oliva
- 5 dientes de ajo picados
- Hojuelas de chile al gusto
- Sal al gusto
- Albahaca fresca
- Orégano al gusto
PROCEDIMIENTO
- Licuar los jitomates con una taza de agua. Reservar.
- Calentar aceite en una cacerola y dorar los ajos.
- Agregar el puré de jitomates y un poco de agua si está muy espeso.
- Sazonar con sal, albahaca y orégano al gusto.
- Cocinar hasta que espese y servir.
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