Los expertos hablan sobre los vinos del Nuevo Mundo y el contraste con los del Viejo Mundo, pero ¿qué no son lo mismo?

Aunque la vinificación es un proceso universal en el que las uvas se prensan y fermentan, el clima y el territorio lo son casi todo; los españoles y portugueses llegaron, con la Conquista, a descubrir sabores nuevos que se han afinado al paso de los años en los cultivos de toda América.

La Comunidad MB presenta la Guía Simple de Vino y Maridaje; esta es una producción editorial en la que integramos a varios expertos que nos dan, cada año, sus mejores tips para disfrutar con todo el arte y placer de beber. Otra buena noticia es que está disponible en línea ¡y es gratis!

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Los vinos del Viejo Mundo

Hablamos de vinos clásicos, elegantes, frescos, menos dulces, pensados para acompañar la comida. Tienen moderada graduación alcohólica, aromas delicados, con notas minerales propias de los suelos de cultivo.

¿Sabías que este fermento tiene su origen en Georgia y se dice que se originó en el año 6,000 a.C? A partir de ahí, el vino ha evolucionado, y mucho. Como todo buen invento, seguramente se trató de un error de la naturaleza pues los pobladores de la región utilizaban contenedores de barro para almacenar agua y jugo de uva.

Al paso del tiempo, cuando descubrieron que los azúcares fermentaban con las levaduras naturales del ambiente y hacían una bebida que los ponía mágicos, desarrollaron una afinidad por él y pulieron la técnica agregando especias y hierbas para esconder los sabores malos.

Obviamente, hubieron algunos territorios más aptos para el cultivo de vid que otros. Esta planta se esparció por Europa y el Medio Oriente con el Imperio Romano y algunas zonas más al norte como lo que hoy es Alemania. Todos ellos, en sus regiones específicas, desarrollaron métodos tradicionales que siguen vigentes al día de hoy.

Lo que hace especiales a los vinos del Viejo Mundo contra los del nuevo es el clima: por estar más cerca al Trópico de Cáncer, son terruños fríos con menos, lo que hace que tengan una lenta maduración y, por ende, menos azúcar.

Hablemos de los vinos del Nuevo Mundo

En contraste con la historia milenaria de los caldos europeos, en América se empezó a vinificar hace apenas 500 años, por lo que la técnica, los perfiles de sabor y el cultivo de vides es bastante más reciente y experimental.

El Nuevo Mundo, en contraste con el Viejo, tiene un clima más cálido y más horas de sol. Por este motivo, hay una rápida
maduración de la uva, lo que da como resultado mayor concentración de azúcar.

Las bodegas aquí están más abiertas a experimentar  y probar nuevos métodos de producción, así que generalmente hablamos de viñedos orientado hacia la tecnología. A consecuencia de esto, también hay menos regulaciones y pocas denominaciones de origen.

Los expertos describen a los vinos del Nuevo Mundo, en. contraste con los del Viejo, como modernos, expresivos, robustos, más dulces y perfectos para beberse sin acompañamiento. Por el calor, también son de mayor graduación alcohólica, aromas más concentrados y notas muy marcadas de cada varietal.

Y a ti, ¿qué vino te gusta más?

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