Tu alimentación antes y después de ir al spa indudablemente influirá en la respuesta de tu cuerpo y estado de ánimo. Por lo tanto, comer demasiado o ingerir alimentos de lenta digestión son cosas que, en definitiva, deberás descartar. 

Lo mejor es que elijas platillos ligeros, pero nutritivos. A la hora del desayuno opta por cocteles de frutas, licuados, o jugos naturales de manzana, sandía o naranja que te ayudarán a hidratarte; también yogur con avena o un omelette de claras con champiñones pueden ser buenas opciones. Incluye frutos secos como refrigerio entre comidas.

Para comer y cenar elige ensaladas y sopas de verduras mixtas (lechuga, apio, espinaca, brócoli, kale, quelites, berros, tomate, rábano) y pescados o aves a la parrilla (salmón, atún, sardina, pechuga de pollo o pavo) con arroz integral. El chef Atzin Santos, del restaurante Atalaya, recomienda una ensalada de diferentes variedades de jitomates. 

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Alimentos benéficos para la piel

Los cítricos y frutos rojos son ricos en vitamina C, el aceite de oliva y las verduras de hoja verde en vitamina E; todos excelentes para la piel, ideales antes de un facial.

Ayuda a tus músculos

El consumo de pescados azules, como sardinas, atún, bonito y cazón, entre otros, son benéficos para los músculos, por eso serán tus aliados en los masajes.

El jitomate en tu dieta

Los jitomates son protagonistas para el cuerpo porque aportan vitaminas A, C y E para la piel, potasio para los músculos, fibra para la digestión y muy pocas calorías.

Tomar mucha agua

Antes, durante y después de cualquier tratamiento en el spa es fundamental mantenerte hidratado, ya sea con agua natural o con infusiones y frutas.

Adiós a ciertos alimentos

Previo a tu tratamiento evita comer en exceso, tampoco ingieras frituras, comidas procesadas, refrescos ni alimentos de lenta digestión, como carnes o quesos.